
Estás a mitad de las escaleras cuando oyes pasos en el porche. Corres para llegar a la sala de estar y abres rápidamente el armario donde guardas tu fusil. Fallas al cargar el arma, mientras la puerta principal se viene abajo por el peso de un par de cadáveres putrefactos. Irrumpen en el salón, con sus brazos extendidos, intentando alcanzarte.
Vacías tu rifle sobre ellos. Caen al suelo.
Compruebas con horror que se vuelven a levantar...
Organiza: Creacions enigmàtiques
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